Juan Pablo Pozo, presidente del Consejo Nacional Electoral, ya debe estar sumando. Según el secretario de Comunicación, Patricio Barriga, la transmisión del acto de proclamación de candidatos correístas en los canales de televisión del gobierno, el sábado pasado, corrió por cuenta de Alianza PAIS. Gasto de campaña. ¿De cuánto estamos hablando? Nomás hay que calcular. Pero no es pelo de cochino.
¿Cuánto cuestan tres horas de tiempo al aire en televisión de señal abierta? En el horario triple A, 500 dólares por 30 segundos. Entre las 10h00 y las 13h00, digamos que la cuarta parte: $250 por minuto. En tres horas suman $45.000. En tres canales (Ecuador TV, TC y Gama) son $135.000. Sólo por el tiempo de transmisión. Súmense los gastos de producción: la unidad móvil, la microonda, los aparatos, el equipo de técnicos y camarógrafos, que no puede bajar de quince personas en transmisiones en directo de esta naturaleza… Digamos, siendo conservadores, 150 mil dólares. ¿Dónde están esas facturas? Hay que pedírselas a los canales, dice el señor Barriga. Que se las pida Pozo, que es su trabajo. El hecho es que esa información debe hacerse pública: son gastos de campaña.
Eso, por supuesto, de no mediar un milagro, no ocurrirá. Pero el señor Barriga, que es un sinvergüenza, se habrá sacado la papa caliente de encima. Hombre de pocas luces y no precisamente muy intensas, el secretario de Comunicación perpetra figuras retóricas con las que cree despistar a los preguntones pero que en realidad resultan, por elementales, poco convincentes. En una entrevista con El Comercio dijo, por ejemplo, que Tele Ciudadana (antes El Ciudadano TV, un medio del gobierno) se permitió actuar como matriz de esta ceremonia partidista porque es un “medio púbico institucional”. ¿Está claro? Si fuera un medio público a secas a lo mejor no podría hacerlo, pero Tele Ciudadana es un medio institucional que cubre las actividades del presidente de la República y ésta, naturalmente, “era una actividad” (¿qué otra cosa podría ser?), “aun cuando el presidente de la República también es presidente de su movimiento” (qué ingrata coincidencia).
Lo que hicieron los demás canales, siempre según el señor Barriga, fue tomar la señal “bajo el formato de información noticiosa”. Eso lo explica todo. Si hubieran usado el formato de información no noticiosa estarían obligados a rendir cuentas. Pero el formato de información noticiosa, así como la condición institucional de Tele Ciudadana, al parecer les permite hacer lo que les dé la gana. Permite, por ejemplo, que la propaganda correísta la terminen pagando todos los ciudadanos. Juan Pablo Pozo lo sabrá explicar, de eso no cabe duda. Para eso está.
¿Qué tiene que ver en todo esto la Secretaría de Comunicación? Nada, por supuesto. Aparte de promocionar y publicitar la ceremonia partidista…
…Aparte de cubrir por Twitter, en tiempo real y con lujo de detalles, sus pormenores y sus incidencias, incluida cada frase alharaquienta de la homilía presidencial…
…Aparte de transmitirla en directo a través de sus medios públicos institucionales bajo el pretexto de que se trataba de “actividades del presidente de la República” transmitidas “bajo el formato de información noticiosa”… Aparte de todo eso, nada. La Secom no tiene que ver con nada.
Y si los medios del gobierno financiados por todos los ecuatorianos (incluidos los ecuatorianos que apoyan a Paco Moncayo) decidieron transmitir en vivo, durante tres horas, la ceremonia correísta y no la ceremonia de la Izquierda Democrática que se cumplía de forma simultánea, eso fue por iniciativa propia. “De ninguna manera –dice el señor Barriga a quien quiera creerle– estuvieron allí comprometidos y ordenados por la Secom”.
Hasta podría ser cierto. Después de tantas llamadas de la Secom para ordenarles coberturas; después de tantas reuniones en Carondelet para imponerles criterios editoriales; después de tantos jalones de oreja desde la Presidencia por descuidar sus deberes para con el régimen; después de diez años de eso, los medios de comunicación del correísmo deben estar pavlovianamente adiestrados en el cumplimiento de sus obligaciones: suena la campanita y babean. A lo mejor ya no necesitan que la Secom les diga lo que tienen que hacer. Simplemente van y lo hacen. Como el periódico de papá, cuyo director sabe perfectamente que un artículo de Anne-Dominique se publica porque se publica, aunque sea en tres entregas. Esto es tan normal que en Carondelet ya ni preguntan. “Voy a escribir un artículo en El Telégrafo”, anuncia Correa. Y es una orden. Vamos a transmitir la ceremonia desde el estadio del Aucas, propone alguno. Y así se hace.
Pues sí: el señor Vergüenza no tiene Barriga, como dijo Dr. Le Pantox. Es un cínico sin la inteligencia que el cinismo requiere para brillar. Pero lo mejor está por venir: el señor Vergüenza tiene toda la campaña electoral por delante para demostrar al Ecuador que la Secom no tiene que ver con nada. Que la manipulación mediática que nos espera, la utilización de los medios que funcionan con dinero público a favor de las candidaturas correístas, la inequidad informativa, en fin, la trampa abierta que recién empieza, es algo que escapa a su control; es un comportamiento voluntario e inocuo de los medios basado en principios institucionales y formatos informativo-noticiosos. ¡Qué Barriga!
Autor: Roberto Aguilar
Fuente: 4 Pelagatos
![]() |
Artículo de Roberto Aguilar: "Usted no tiene Barriga, señor Vergüenza" |
¿Cuánto cuestan tres horas de tiempo al aire en televisión de señal abierta? En el horario triple A, 500 dólares por 30 segundos. Entre las 10h00 y las 13h00, digamos que la cuarta parte: $250 por minuto. En tres horas suman $45.000. En tres canales (Ecuador TV, TC y Gama) son $135.000. Sólo por el tiempo de transmisión. Súmense los gastos de producción: la unidad móvil, la microonda, los aparatos, el equipo de técnicos y camarógrafos, que no puede bajar de quince personas en transmisiones en directo de esta naturaleza… Digamos, siendo conservadores, 150 mil dólares. ¿Dónde están esas facturas? Hay que pedírselas a los canales, dice el señor Barriga. Que se las pida Pozo, que es su trabajo. El hecho es que esa información debe hacerse pública: son gastos de campaña.
Eso, por supuesto, de no mediar un milagro, no ocurrirá. Pero el señor Barriga, que es un sinvergüenza, se habrá sacado la papa caliente de encima. Hombre de pocas luces y no precisamente muy intensas, el secretario de Comunicación perpetra figuras retóricas con las que cree despistar a los preguntones pero que en realidad resultan, por elementales, poco convincentes. En una entrevista con El Comercio dijo, por ejemplo, que Tele Ciudadana (antes El Ciudadano TV, un medio del gobierno) se permitió actuar como matriz de esta ceremonia partidista porque es un “medio púbico institucional”. ¿Está claro? Si fuera un medio público a secas a lo mejor no podría hacerlo, pero Tele Ciudadana es un medio institucional que cubre las actividades del presidente de la República y ésta, naturalmente, “era una actividad” (¿qué otra cosa podría ser?), “aun cuando el presidente de la República también es presidente de su movimiento” (qué ingrata coincidencia).
Lo que hicieron los demás canales, siempre según el señor Barriga, fue tomar la señal “bajo el formato de información noticiosa”. Eso lo explica todo. Si hubieran usado el formato de información no noticiosa estarían obligados a rendir cuentas. Pero el formato de información noticiosa, así como la condición institucional de Tele Ciudadana, al parecer les permite hacer lo que les dé la gana. Permite, por ejemplo, que la propaganda correísta la terminen pagando todos los ciudadanos. Juan Pablo Pozo lo sabrá explicar, de eso no cabe duda. Para eso está.
¿Qué tiene que ver en todo esto la Secretaría de Comunicación? Nada, por supuesto. Aparte de promocionar y publicitar la ceremonia partidista…
…Aparte de cubrir por Twitter, en tiempo real y con lujo de detalles, sus pormenores y sus incidencias, incluida cada frase alharaquienta de la homilía presidencial…
…Aparte de transmitirla en directo a través de sus medios públicos institucionales bajo el pretexto de que se trataba de “actividades del presidente de la República” transmitidas “bajo el formato de información noticiosa”… Aparte de todo eso, nada. La Secom no tiene que ver con nada.
Y si los medios del gobierno financiados por todos los ecuatorianos (incluidos los ecuatorianos que apoyan a Paco Moncayo) decidieron transmitir en vivo, durante tres horas, la ceremonia correísta y no la ceremonia de la Izquierda Democrática que se cumplía de forma simultánea, eso fue por iniciativa propia. “De ninguna manera –dice el señor Barriga a quien quiera creerle– estuvieron allí comprometidos y ordenados por la Secom”.
Hasta podría ser cierto. Después de tantas llamadas de la Secom para ordenarles coberturas; después de tantas reuniones en Carondelet para imponerles criterios editoriales; después de tantos jalones de oreja desde la Presidencia por descuidar sus deberes para con el régimen; después de diez años de eso, los medios de comunicación del correísmo deben estar pavlovianamente adiestrados en el cumplimiento de sus obligaciones: suena la campanita y babean. A lo mejor ya no necesitan que la Secom les diga lo que tienen que hacer. Simplemente van y lo hacen. Como el periódico de papá, cuyo director sabe perfectamente que un artículo de Anne-Dominique se publica porque se publica, aunque sea en tres entregas. Esto es tan normal que en Carondelet ya ni preguntan. “Voy a escribir un artículo en El Telégrafo”, anuncia Correa. Y es una orden. Vamos a transmitir la ceremonia desde el estadio del Aucas, propone alguno. Y así se hace.
Pues sí: el señor Vergüenza no tiene Barriga, como dijo Dr. Le Pantox. Es un cínico sin la inteligencia que el cinismo requiere para brillar. Pero lo mejor está por venir: el señor Vergüenza tiene toda la campaña electoral por delante para demostrar al Ecuador que la Secom no tiene que ver con nada. Que la manipulación mediática que nos espera, la utilización de los medios que funcionan con dinero público a favor de las candidaturas correístas, la inequidad informativa, en fin, la trampa abierta que recién empieza, es algo que escapa a su control; es un comportamiento voluntario e inocuo de los medios basado en principios institucionales y formatos informativo-noticiosos. ¡Qué Barriga!
Autor: Roberto Aguilar
Fuente: 4 Pelagatos